Estos bollitos esponjosos son muy fáciles de preparar

La creación de bollos esponjosos en la comodidad de tu hogar se presenta como una experiencia culinaria gratificante y accesible. La magia de lo casero se despliega en cada bocado, brindando un sabor incomparable gracias a la frescura y calidad de los ingredientes utilizados, superando con creces a los bollos adquiridos en panaderías.

La esencia de estos bollos caseros se revela en su textura etérea y esponjosa, envuelta en un delicioso aroma que los distingue. Existe un inconfundible toque hogareño que se echa en falta en los productos comerciales. Pero la verdadera ventaja radica en la versatilidad que ofrece la preparación casera. Imagina poder llenar estos bollos con una variedad infinita de ingredientes, desde quesos exquisitos hasta carnes sabrosas y frescas verduras. Las posibilidades de combinaciones de sabores son ilimitadas, garantizando la satisfacción de los paladares más exigentes.

Aquí, puedes dar rienda suelta a tu creatividad y ajustar la receta a tus preferencias. ¿Quieres un toque picante? ¿O tal vez un relleno dulce y decadente? ¡Tú decides! Además, la cocina casera te permite controlar la calidad de los ingredientes, asegurando que cada bocado sea una experiencia única y deliciosa.

Adicionalmente, esta receta incluye un ingrediente secreto: el vinagre, que hace que los bollos sean más esponjosos. Así que, si buscas una aventura culinaria emocionante y deseas explorar el mundo de los bollos esponjosos caseros, estás en el lugar adecuado. ¡Prepárate para descubrir el inigualable placer de crear tus propios bollos y sorprender a tus seres queridos con delicias hechas en casa que nunca dejarán de satisfacer tus ansias de sabor!

Ingredientes para preparar estos deliciosos Bollos esponjosos caseros 

• 80 GR de Azúcar
• 70 GR de Manteca
• 2 cucharaditas de Vinagre
• 400 ml de Leche tibia
• 1 Huevo
• 600 GR Harina
• 1 cucharadita de Sal
• 8 GR de Levadura
• Semillas de Amapola

Pasos a seguir para la preparación

1. Para comenzar, vamos a iniciar la preparación en un recipiente, donde combinaremos la leche tibia, el azúcar, una pizca de sal y un huevo. Mezclamos de manera minuciosa hasta que todos los ingredientes estén completamente incorporados. 
2. Una vez que la mezcla esté bien amalgamada, añadimos la levadura en polvo y volvemos a mezclar hasta que la levadura se integre por completo.
3. Cubrimos el recipiente con papel film y dejamos reposar durante aproximadamente 15 minutos. Notarás que la mezcla adquirirá una consistencia ligeramente espumosa.
4. Pasado este tiempo, en otro recipiente tamizamos la harina y hacemos un hueco en el centro. En ese hueco, vertemos la mezcla de levadura y leche que ha fermentado.
5. Usando una espátula, comenzamos a incorporar los ingredientes. La masa resultante deberá ser bastante pegajosa en este punto. Agregamos unas 3 cucharadas soperas adicionales de harina gradualmente para lograr la consistencia deseada. Sin embargo, es importante que la masa conserve cierta pegajosidad; esa es la textura ideal que buscamos.
6. Volcamos la masa sobre una superficie de trabajo y procedemos a amasar. Incorporamos 40 gramos de la manteca, previamente cortada en cubos, mientras continuamos amasando. Este proceso puede llevar un poco de tiempo, pero ten paciencia, los resultados valdrán la pena. Notarás que gradualmente la masa dejará de pegarse a la superficie de trabajo, lo que indica que hemos alcanzado el punto deseado. 
7. Una vez que hemos terminado de amasar, abrimos la masa con nuestras manos y agregamos las 2 cucharaditas de vinagre. Amasamos nuevamente para que se integren.
8. Colocamos la masa en un recipiente previamente engrasado, cubrimos con papel film y dejamos reposar durante unos 30 minutos.
9. Transcurrido este tiempo, estiramos la masa para darle una forma cuadrada y distribuimos el resto de la manteca sobre toda la superficie con la ayuda de una espátula.
10. A continuación, doblamos uno de los lados hacia el centro y luego cerramos con el otro extremo. Cortamos tiras del tamaño deseado para formar los bollos o roscas.
11. Colocamos los bollos en una bandeja para horno forrada con papel pergamino para evitar que se quemen durante la cocción. Cubrimos con una bolsa de nylon y dejamos reposar durante unos 15 minutos.
12. Finalmente, pincelamos los bollos con yema de huevo y esparcimos semillas de amapola para darles un toque decorativo.
13. Precalentamos el horno a 180 °C y horneamos los bollos durante aproximadamente 30 minutos. Una vez horneados, retiramos y dejamos que se enfríen completamente antes de disfrutarlos. ¡Listo!).

Que tener en cuenta para lograr un gran resultado

Esencial para lograr unos riquísimos bollos es utilizar ingredientes frescos y de alta calidad. La harina, la levadura y todos los demás componentes desempeñan un papel fundamental en la formación del sabor y la textura de tus deliciosos bollos, por lo que no escatimes en la selección de los mejores.

Sin embargo, no basta con tener ingredientes de primera categoría; la correcta medición y mezcla de los mismos también son importantes. Esta minuciosidad asegura que los bollos se eleven de manera óptima y adquieran una textura ligera y esponjosa que todos disfrutarán.

Otro punto crucial es permitir que la masa repose adecuadamente antes de llevarla al horno. Este paso fundamental garantiza que tus bollos tengan una textura y sabor sobresalientes. Durante este tiempo de reposo, la levadura tiene la oportunidad de trabajar su magia, creando una masa aún más deliciosa.

Finalmente, para coronar tu obra maestra de bollería, es imprescindible hornear los bollos a la temperatura y durante el tiempo precisos. Esto garantiza que estén completamente cocidos y tengan ese exterior crujiente y dorado que todos ansiamos. Con estos consejos, te embarcarás en un viaje culinario que dejará a todos con ganas de más de tus bollos caseros. ¡Disfruta de la magia de la cocina!